El tema de discusión suele cambiar cuando alguien es acusado de incitar al odio. El tema se centra en la libertad de expresión y el derecho de cada individuo a decir lo que quiera.
En Islandia existen leyes contra el discurso de odio. No se trata de una expresión protegida. La Constitución islandesa permite la existencia de este tipo de leyes, ya que establece que las personas deben poder responder ante los tribunales por sus expresiones.