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Cómo mantener la calma en situaciones difíciles

Es importante comprender la respuesta defensiva para poder tomar decisiones buenas e informadas en situaciones amenazantes.

¿Qué ocurre en el cerebro?

Cuando nos sentimos amenazados, las defensas automáticas e inconscientes del cuerpo toman el control.

Los detectores de humo se activan

Hay dos zonas en el cerebro responsables de detectar el peligro y preparar el cuerpo para luchar o huir. Estas zonas son la amígdala, y pueden compararse con dos detectores de humo que emiten un pitido al detectar humo, avisándonos así de que estamos en peligro.

Todos los sistemas estarán operativos

Cuando se activan los detectores de humo, se liberan hormonas del estrés en el cuerpo para prepararlo para afrontar este peligro.

Las reacciones físicas incluyen, por ejemplo, respiración superficial y rápida, palmas sudorosas y aumento de la frecuencia cardíaca. La sangre fluye a las extremidades, la voz puede cambiar, la garganta se tensa, la mandíbula se endurece y, en algunas personas, las mejillas se enrojecen.

La capacidad de tomar buenas decisiones disminuye

En este estado, las vías neuronales responsables de tomar decisiones complejas se bloquean. Perdemos la capacidad de ver las cosas desde múltiples ángulos, de usar la lógica y de tomar decisiones informadas. Nuestra memoria también nos falla y perdemos la capacidad de recordar recuerdos que nos ayudan a tranquilizarnos.

Nada pasa, salvo el ruido de los detectores de humo. La respuesta de defensa automática del sistema nervioso toma el control y nos avisa de que estamos en peligro.

¿Cómo puedo calmarme?

Puedes evitar que tu respuesta automática tome el control cuando te sientes amenazado.

En lugar de atacar o huir, puedes aprender a calmar tu sistema nervioso cuando sea necesario, manteniendo así tu capacidad de tomar decisiones informadas y buenas.

Permitir la incomodidad

Cuando te enfrentas a un conflicto o una situación amenazante, sientes que tu cuerpo se tensa. Podrías sentir un sudor frío o un pequeño nudo en el estómago. Tu cuerpo está alerta para responder a la amenaza y sacarte de esta situación incómoda de la única manera que sabe: luchando o huyendo.

Intenta ser más fuerte y decide permitir que esta sensación incómoda permanezca ahí por un tiempo. Es difícil, pero puedes superar las dificultades. Las sensaciones desagradables no son tan peligrosas como te quieren hacer creer.

Respirar

Respira hondo y usa la respiración para mantenerte conectado con tu cuerpo, evitando que tu cerebro automático tome el control. La respiración controla tu cuerpo y tú puedes controlar tu respiración.

Cuando las personas lesionadas llegan a urgencias, asustadas y con dolor, su respiración es muy superficial y todos sus sistemas se activan. Los médicos y enfermeras les recuerdan repetidamente que respiren profundamente, ya que esta respiración calma el cuerpo, lo que a su vez calma el cerebro.

Cambia tu forma de pensar

Los pensamientos negativos son como el humo para los detectores de humo. Mantienen la condición en el cuerpo. Para mantener la calma, necesitamos enfocar nuestros pensamientos en algo más que en quién tiene razón y quién no. ¿Realmente importa tanto tener razón? ¿Es más importante que estar a salvo? Para calmar el cerebro, debemos dejar de generar humo.

Práctica

Con el ejercicio, podrás equilibrar tu cuerpo y tu mente más rápidamente, incluso en situaciones amenazantes. Y serás mucho más hábil resolviendo conflictos cuando consigas desactivar los detectores de humo. Entonces podrás escuchar, analizar información, recordar y tomar decisiones informadas.

No te rindas, aunque fracases, es normal. Sé amable contigo mismo y vuelve a intentarlo la próxima vez.

Habilidades para la vida

Estas habilidades te beneficiarán a lo largo de tu vida y te permitirán afrontar mejor las situaciones difíciles. Te ayudarán a gestionar la comunicación y las emociones difíciles, así como a resolver problemas.

Comportamiento de riesgo

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Bullying y abuso entre jóvenes

El acoso y las peleas físicas brutales tienen consecuencias graves y duraderas.